La chispa de la vida está perdiendo gas en los últimos tiempos. La compañía Coca Cola que nos ha acompañado con campañas de marketing con maravillosos mensajes positivos y de esperanza ante la situación económica actual, parece que se suma al carro de las reestructuraciones de plantilla vía ERE y los consiguientes cierres de cuatro de sus plantas embotelladoras. 1.300 puestos de trabajo están en peligro. De hecho, los trabajadores están en pie, luchando por sus puestos de trabajo y no dejo de recordar el caso que tuvimos hace menos de un año en Aragón, con la fábrica de Huesitos en Ateca, y cómo la presión social que vino de todo el país ayudó a encontrar una solución viable que evitó el cierre y los despidos. Valga mi granito de arena esta vez para apoyar que estas familias puedan seguir destapando la felicidad por muchos…
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